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Nada podrá aliviar el dolor que Alba Lucía Reyes vivió hace más de tres años.
Por Milagros Chirinos, Directora de Prensa Bilingüe-Español de HRC
Nada podrá aliviar el dolor que Alba Lucía Reyes vivió hace más de tres años. La pérdida de su único hijo, debido al acoso escolar y la mala gestión del personal docente, generó que Reyes se trazara un nuevo objetivo en la vida: crear espacios seguros para los estudiantes LGBTQ en Colombia. Reyes recuerda a Sergio, quien falleció a los 16 años, como un estudiante brillante con una clara pasión por los libros, la naturaleza y la política; un joven que llevaba una vida normal antes que su relación con un compañero de clase se hiciera pública. El incidente desató una serie de circunstancias que afectaron el bienestar emocional de Sergio y la relación con sus compañeros de clase.
Obligado por los funcionarios del plantel, Sergio habló con sus padres sobre su orientación sexual; ambos le ofrecieron su apoyo y comprensión incondicional. Mientras tanto, la situación en el Colegio Gimnasio Castillo Campestre se hacía insostenible. Con la divulgación de su relación y orientación sexual, Sergio se vio obligado a presentar informes psicológicos semanales para demostrar que estaba “en condiciones aptas” para asistir a la escuela y no interferir en el aprendizaje de otros. Las ilógicas exigencias del centro educativo, el constante acoso escolar y el mal manejo de su caso por parte de las autoridades escolares acabaron con el espíritu luchador de Sergio. La situación le generó una profunda depresión que lo llevó a acabar con su vida en agosto de 2014.
Después de la muerte de Sergio, se produjo una larga batalla legal que concluyó con la decisión de la Corte Constitucional de Colombia a favor de Reyes. El fallo reconoció que los procesos disciplinarios empleados por la escuela en el caso de Sergio violaban los derechos fundamentales del menor en “forma de acoso escolar” que pudo haber incidido en “la decisión de acabar con su vida”. La Corte Constitucional ordenó también al Ministerio de Educación colombiano que se aplique estrictamente la Ley de Convivencia Escolar que protege los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes.
“Colombia cuenta con leyes, pero todavía falta respeto y educación. Es hora de abrir nuestros corazones para procesar y entender que no podemos discriminar a nuestros propios hijos, solo necesitamos amarlos por quienes son. La historia de Sergio no se puede repetir. Esto no debería volver a ocurrir”, dijo Reyes. La única recompensa que Reyes buscaba en su demanda era restaurar la reputación de Sergio y obtener su diploma. En noviembre de 2014, consiguió su objetivo al recibir el grado póstumo de su hijo- quien se habría graduado con honores - en una ceremonia especial de su escuela secundaria.
Inspirada por la vida de hijo y su incesante deseo por hacer cumplir las protecciones para los niños y jóvenes LGBTQ colombianos, Reyes dirige la Fundación Sergio Urrego (FSU), una organización sin fines de lucro dedicada a promover la tolerancia y acabar con el acoso escolar.
FSU ofrece capacitaciones para promover la diversidad e inclusión de personas LGBTQ en las escuelas y los centros de trabajo. La organización ha abierto un diálogo nacional sobre el acoso escolar y la discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género.
“El propósito de FSU es difundir un mensaje de amor y respeto para cada individuo independientemente de su raza, orientación sexual, identidad de género, origen étnico o discapacidad", dijo Pedro Rodríguez, coordinador de comunicaciones de la fundación. FSU ofrece el Taller 360, patrocinado por Google Colombia, una iniciativa que les permite a los estudiantes ser parte de las celebraciones del Orgullo en todo el mundo de forma virtual.
“El recuerdo de Sergio me mantiene viva. Cuando soy capaz de ayudar a un joven como él, siento como si estuviera ayudando a mi propio hijo. Quiero mantener su legado vivo”, dijo Reyes, quien además de trabajar a tiempo completo, pasa la mayor parte de sus días, compartiendo su historia y trabajando con organizaciones LGBTQ locales e internacionales. Reyes ha encontrado una manera de hacer frente a su pérdida ayudando a otros.
Su dolorosa historia enfatiza la necesidad de brindar apoyo y recursos para todos los estudiantes LGBTQ en Colombia y en todas las comunidades. Para aquellos que necesiten más información sobre la prevención del suicidio, Movement Advancement Project, una organización de investigación, ha publicado la guía Cómo hablar sobre el suicidio y las poblaciones LGBT en inglés y español, un recurso que destaca la importancia de la educación pública sobre el tema y que ofrece pautas para apoyar el bienestar de los jóvenes LGBTQ.
Si usted o alguien que conoce está pensando en el suicidio, llame a la línea directa del centro Nacional de Prevención del Suicidio y marque el 988 or 1-800-273-8255. Si es una persona joven que necesita hablar con alguien, llame a The Trevor Project marcando el 1-866-488-7386.
Para saber más sobre el apoyo de jóvenes LGBTQ en sus hogares, escuelas y comunidades, visite www.hrc.org/youth.
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